miércoles, 9 de octubre de 2013

El amanecer de los Huallpartupa

Es sábado, las cinco de la tarde. El sol esta bajando. Las sombras se alargan en la calle cuando pregunto a algunos hombres si por aquí hay Los Perales C-3. Si me dicen, “esto es la zona C de Los Perales, debe estar por aquí”. Estoy en las afueras de San Sebastián, una antigua reducción para la nobleza Inca cerca de Cusco. En este parte estaban las chacras del ayllu Ayarmaca, la población anterior de los Incas, incorporada en su imperio. Una memoria lejana. Ahora solo hay talleres para carros. Las calles son vacías. Algunos chicos están bebiendo cerveza. Paredes altas y grandes puertas de fierro. Algunas están abiertas. Veo camiones y carros en reparación. Dando la vuelta encuentro C-3. Aquí Bernardino Huallpartupa tiene su taller. El tiene 35 años. Hablamos en su oficina-tienda en una esquina del taller. “Nunca conocí mi padre y mi madre murió de alcoholismo cuando ero joven, entonces no puedo contar mucho de mis antepasados”, me dice. “Soy de Calca y mecánico. Por trabajo fue a vivir en Cusco hace 10 años y después me mudó a San Sebastián. Las nuevas urbanizaciones dan muchos clientes, ahora tengo mi propio taller”. Hablando sobre el hecho que muchos sitios arqueológicos en Cusco están desapareciendo por estas urbanizaciones, me dice que “la nueva generación no sabe el valor. Nadie los explique, es una pena”. El adjunte “Yo nunca he sido avergonzada de mi apellido, de mis ancestros, siempre he sido orgulloso de ser Huallpartupa. Ahora tengo una hija, ella se llama Illary, quechua por Amanecer". San Sebastián – 27 de Abril 2013

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